Wednesday, September 27, 2006

REFLEXIONES ANTE EL DESPIDO

Es difícil opinar sobre un tema tan amplio y con tantos matices como situaciones de este tipo se suceden, igualmente no por esto creo imposible dar alguna opinión que me gustaría se enriquezca con las reflexiones de aquellos que puedan leer mis ideas.

En primer lugar los profesionales que nos formamos para gestionar personas dentro de las organizaciones, en general, creemos que nuestras políticas deberían crear las condiciones para que las personas que ingresan a la empresa, logren desarrollar su potencial y no tengan que buscarse salidas tan drásticas. Aceptamos cierto grado de rotación, incluso hay veces que es deseable, pero cuando llegamos al despido disciplinario, (no aquellos que se producen por causas económicas, productivas, etc), no nos deja un buen sabor de boca.
Además en ocasiones, por nuestra posición, nos toca gestionar un proceso de este tipo, del que no hemos sido partícipes y que simplemente a raíz de decisiones tomadas de manera visceral, debemos hacer frente. Ante esto nos preguntamos ¿era esta la opción correcta?. ¿Se está tomando una decisión meditada y evaluando las consecuencias?.
Recordemos que el efecto de un despido no lo sufre solamente quién marcha de la empresa, sino que esto emite un mensaje muy contundente a quienes siguen en ella. Por eso es una decisión lícita que no deja de tener consecuencias imprevistas.
A pesar de lo antedicho, no debemos dejar de resaltar que en ocasiones es necesario a través del despido resarcir situaciones que para otros colaboradores eran injustas, como responsables que abusan de sus privilegios, empleados que por no realizar su trabajo sobrecargan a sus compañeros, personas que generan mal ambiente y crean desmotivación y un largo etc. En estos casos podemos estar seguros que la mayoría de las personas verán en este acto la realización de sus deseos. Porque cuando alguién esta comprometido no hay nada que desmotive más que las personas que se burlan del trabajo bien hecho.
De mi experiencia quiero destacar que una de las peores sensaciones es que la persona que se marcha, no diga nada, que su respuesta sea el silencio y no hablamos de ese silencio que se da en quién sorprendido se queda sin palabras y derrumbado, hablo de otro tipo de silencio, aquel que se hermana con la indiferencia, en esos casos mi consuelo es que no se ha tomado la decisión equivocada.
Espero que no nos conformemos con solucionar nuestros errores, mediante esta técnica, es triste resolver diferencias abusando de nuestra situación de poder o esconder nuestra incompetencia silenciando a los detractores, si no queda más opción, que sea convencidos que la próxima ves lo podemos hacer mejor. Creo que en el fondo todo esto demuestra que en algo hemos fallado y que la mejor manera de solventarlo es siendo sinceros y repartiendo responsabilidades.

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